Cuidarse íntegramente significa prestar atención a nuestras emociones tanto como a nuestro cuerpo. ¿Ya lo estás haciendo?
Cuidarse interior y exteriormente es una necesidad de la que cada vez somos más conscientes. Pero no siempre somos capaces de llevarla a la práctica correctamente. La rutina diaria, el ritmo acelerado, las obligaciones, la falta de tiempo… Todo ello influye en que olvidemos dedicarnos cada día un pequeño espacio destinado a cuidarse. Y no solamente a nivel físico, sino también a nivel emocional. Porque se ha demostrado que las emociones repercuten en la salud.
No se trata únicamente de comer de forma saludable y tener nuestra rutina diaria de belleza. Ambas cosas son importantes, pero cuidar de nuestras emociones para que sean positivas y nos faciliten la vida también lo es.
Podemos establecer unas pautas, como si estuvieran incluidas en nuestra agenda, y que de lunes a domingo supongan una “cita” con nuestro bienestar emocional. El objetivo es sentirnos bien y mantener lo mejor posible nuestro equilibrio interno. Y las cosas sencillas ayudan mucho!
Esta es nuestra propuesta para marcarse pautas que ayuden a cuidarse emocionalmente cada día:
- Los lunes: el peor día de la semana para muchos, pero siempre está en nuestra mano el transformarlo. Abre el armario y escoge una de las prendas que mejor que te sienten, maquíllate con esmero, usa tu perfume favorito. Sal a la calle sintiéndote atractiva y a gusto contigo misma, con una actitud triunfadora. Verás que empezando el día así, te predispondrás a sentirte bien toda la jornada. Cuando nos sentimos bien, sin darnos cuenta nos predisponemos para hacerlo todo mejor y atraernos cosas buenas. Además, es una actitud que se transmite, los demás lo notan y es un placer tratar con una persona que transmite buena energía!
- Los martes: dedica al menos una hora a una actividad que te “recargue de energía”. Si todavía no sabes cuál es, empieza a pensar hasta identificarla. Puede ser cuidar las plantas, dar un paseo por una zona concreta, quedar con tu mejor amiga para tomar café, jugar con tus hijos o tus nietos, hacer una clase de yoga… Tiene que ser algo que, al contrario de cansarte, te haga sentir renovada de energía. Cada persona es distinta, no a todas les sirve la misma actividad: tienes que encontrar la tuya. Si te hace sentir bien y te ayuda a “cargar las pilas”, ésa es la correcta.
- Los miércoles: desde el momento en que te levantes, piensa en todas las cosas buenas que hay en tu vida y siéntete agradecida por ellas. No dejes espacio en todo el día para ningún pensamiento negativo. Dedícate solamente a pensar en todo aquello por lo que eres afortunada. Llama o visita a una persona que aprecies mucho, que sea importante para ti. Nadie tiene una vida perfecta, es cierto, y a menudo hay que trabajar para resolver algún problema. Pero también es verdad que siempre hay motivos por los que estar agradecidos. A veces nos olvidamos de ello y no sabemos apreciar algunas cosas buenas que tenemos hasta que las perdemos. Por eso es importante “pasar revista” a esas cosas buenas de las que disfrutamos casi sin darnos cuenta. Porque si de repente nos faltaran, cómo las echaríamos de menos, ¿verdad?
- Los jueves: Planea! Haz algún plan sobre algo que te ilusione hacer, organizar o comprar, y ponle fecha, como por ejemplo: una escapada de fin de semana, salir un día a comprar algo que te ilusione (no tiene por qué ser caro), pedir cita para hacerte un tratamiento de belleza, organizar una salida con tus amigas, planear una cena romántica con tu pareja… puede ser cualquier cosa, también sirven las más sencillas! Lo importante es que te haga ilusión el planearla. Hacer planes o marcarse algún objetivo ayuda mucho a seguir adelante con optimismo.
- Los viernes: queda con alguna persona que te importe y que te haga sentir fenomenal! Puede ser una amistad, un familiar, o incluso alguien que acabas de conocer y te ilusiona profundizar en la relación. Los viernes pueden ser el día por excelencia para las relaciones sociales, para compartir y disfrutar de la amistad! Las cosas buenas de la vida lo son doblemente cuando las compartimos con los demás. No somos islas, y cultivar la relaciones con los demás puede ser muy enriquecedor. Y por supuesto, lo que importa es la calidad de las relaciones, más que la cantidad.
- Los sábados: date el placer de dormir todo lo que puedas! Un sueño reparador a menudo es una auténtica cura para el cuerpo y el alma. Dormir aclara las ideas y ayuda a disipar penas y preocupaciones. Muchas veces las cosas se ven de otra manera al despertar, después de haber descansado bien. Además, dormir de ocho a diez horas, además de ser muy saludable es un auténtico tratamiento de belleza. Y tú querrás estar guapa todo el fin de semana, ¿verdad? Pues ya lo sabes, dedica al menos un día a dormir todo lo que puedas. La mejor forma de sacar partido a nuestras fuerzas es descansar para reponerlas!
- Los domingos: concédete al menos un par de horas para hacer lo que a ti te apetezca: todo vale siempre y cuando te haga sentir bien! Leer, pasear, navegar por internet, ver una película, tomar el sol, descansar tranquilamente… o simplemente no hacer nada! Es un tiempo precioso que te has ganado a pulso durante toda la semana y tienes todo el derecho de disfrutarlo.
Y recuerda: no tengas remordimientos ni te sientas egoísta por pensar también en ti. Porque el ofrecer lo mejor de ti a los demás, pasa por estar en buenas condiciones para dárselo. Cuídate!
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